Los libros sirven para dos cosas: entretenernos y educarnos. Para ambas opciones ya existen innumerables alternativas, algunas incluso superiores a los libros. Si tú eres de esas personas que se van por las alternativas, adelante, no te juzgo.
Si eres de las personas a las que si les gustan los libros y te gustaría leer un poquito más, te comparto algunas notas.
1. No eres tú, son los libros (viejos) los que son raros.
Los libros son producto de su tiempo. Y así como tu abuelo habla de una manera diferente a ti, los libros también son escritos de diferente manera.
Si quieres leer un libro que tenga más de 10 años de publicado, date tiempo para meterte en la manera en la que el autor explica las cosas.
Si te encuentras una palabra que se repite y no sabes que significa, búscala.
Un libro antiguo requiere más trabajo para ser entendido, pero trae la ventaja de que es un sobreviviente. De los miles de libros publicados junto a él, ese libro tiene algo de valor que le permitió sobrevivir el paso del tiempo. Pon el trabajo para descubrir esa sabiduría.
2. Múdate al mundo de la Ficción
¿Qué prefieres? ¿Un chismecito o una presentación en power point? Probablemente el chismecito. Una historia es mucho más memorable que una presentación en power point, por muy bonitas que estén las diapositivas.
Aprendemos a través de historias, enseñamos a través de historias.
Y la ficción es poco más que lecciones de vida entretejidas en los problemas a los que se enfrentan los protagonistas.
Además de no estar limitada a la realidad que conocemos. Hay mundos completos de los que te estás perdiendo si no te asomas a esta sección de la librería.
3. Pon los pies en la No-Ficción.
La realidad también tiene sus enseñanzas, especialmente en esos libros maravillosos de divulgación científica que te explican cómo funcionas tú y el mundo.
También suelen traer el conocimiento ya destilado y listo para aplicar.
En lo que llega mi carta de Hogwarts, deja sigo averiguando cómo lograr la maestría, cuáles son las ventajas de ser introvertido y cómo la ciencia afecta mi vida diaria.
4. La vida es muy corta para obligarte a terminar todos los libros que empiezas.
Si conectas con un libro, perfecto. Si lo estás odiando, no te obligues a terminarlo.
La única excepción sería cuando no terminas un libro que si te es útil, pero te da flojera. Ahí te diría que te lo tomes con toda la calma pero que lo termines. Tomarte más de un año en terminar un libro está bien. No son carreras.
5. Tus gustos no son estáticos.
Hay libros que puedes releer una y otra vez.
Hay libros que solo te van a interesar una vez en la vida.
Y hay libros que descartaste pero que al darles una segunda oportunidad los encuentras bastante interesantes.
Tú vas cambiando como persona y los libros que te acompañan cambian contigo. Cosas que te parecieron muy aburridas de adolescente te pueden ayudar en la crisis de los 40.
6. El contexto es tu amigo.
Querer leer un clásico es como empezar una serie en el tercer capítulo, si te puede enganchar, pero te va a costar el doble terminarla.
Si tienes el tiempo y el interés, te recomiendo leer un poco de qué ideas tenía la sociedad al momento de publicar ese libro, quién era el autor y qué clase de vida tuvo. Eso te va a ayudar a entender mejor el libro y a incrementar tus posibilidades de que lo termines.
Por ejemplo, Ray Bradbury vivió durante la guerra fría y varios de sus relatos contemplan la posibilidad del fin de mundo por el uso de armas nucleares.
Ovidio, el poeta romano escribía literatura picante mientras tenía el favor de los senadores romanos y viajaba aprovechando la herencia de su familia, seduciendo mujeres. Cuando fue exiliado por el emperador, escribió La Metamorfosis, una recopilación de los mitos romanos en la que hace enfásis en cómo los humanos indefensos son castigados por los caprichos de los dioses, que usaban su poder para satisfacer sus apetitos, no para impartir justicia. Me pregunto de dónde viene ese desprecio por la autoridad.
7. Diversifica.
Hay dos maneras de variar los autores y temas. La primera es unirte a un club de lectura, así te ves expuesto a las sugerencias de otras personas y con las discusiones ves otros puntos de vista del libro.
La segunda es hacer algún reto de lectura, estos te dan una lista de criterios y tienes que leer un libro que los cumpla. Te dejo 10 ejemplos de uno de mis retos favoritos (y la lista completa aquí):
Un libro que compraste de segunda mano.
Un libro sobre un atleta o deporte.
Un libro que leíste hace más de 10 años.
Un libro de un autor/a con las mismas iniciales que tú.
El libro más corto (por páginas) en tu lista de libros por leer.
Un libro sobre una festividad.
Las memorias de un/a famoso.
Un libro con un conejo en la portada.
Un libro que se publique (que salga) en la segunda mitad de 2023.
Un libro ambientado en la década en la que naciste.
¿Qué otro consejo añadirías a la lista?