Mi lista de problemas bonitos (que tal vez sean tus problemas también)
A mis 28 años decidí renunciar a mi trabajo para cambiar de carrera profesional. Junto a la renuncia llegó una lista de problemas bonitos.
A mis 28 años decidí tomarme un semestre sabático para cambiar de carrera profesional. Dependiendo de tu punto de vista, esto puede sonar aspiracional, estúpido, iluso o inteligente.
Esta decisión me está trayendo un par de problemas bonitos los cuáles describiré a continuación y cuya solución pienso documentar en este newsletter.
Si es que tus problemas bonitos se parecen a los míos o serán tus problemas bonitos en un futuro no muy lejano te dejó el link para suscribirte y que cada semana, lleguen a tu correo las soluciones que estoy probando.
Definir qué quiero hacer con los siguientes 10 años de mi vida
Estas pausas cuestan. Estoy dejando de adquirir experiencia en mi ramo laboral actual. Estoy empezando de cero en una industria en la que nadie conoce la calidad de mi trabajo.
Entonces quiero maximizar mis oportunidades de qué mi siguiente trabajo sea algo que me satisfaga y pague bien. Toca hacer algo de análisis interno y de análisis del mercado laboral.
Y si eres de esas personas que creyó que con escoger una carrera una vez en sus diecitantos - veintipocos era suficiente, te tengo noticias: escoger carrera es un proceso que todos vamos a hacer al menos 2 o 3 veces en la vida, porque suponiendo que tus gustos no cambien, el mercado si lo hace y nos obliga a cambiar de estrategia.
C’est la vie.
Inventar mi propia rutina y luego seguirla.
Hay gente que fluye a través de sus días y es feliz si un día no se parece al anterior. No es mi caso. Yo funcionó mejor teniendo mi día planeado de antemano y con una razón para levantarme en las mañanas. Soy una de esas personas aburridas que ama la rutina.
Para construir esa rutina voy a explorar sí soy una persona diurna o nocturna, la semana con días de makers y días de managers, bloqueos de tiempo y pomodoros. Si quieres conocer qué son todas esas técnicas y cómo las aplico para ver cuáles puedes aplicar tú también, deja tu correo y da click a suscribirse.
Mantener el empuje
Una vez montada la rutina, toca la parte de la disciplina.
Aquí voy a explorar la idea de crear sistemas en lugar de hábitos para ser capaz de seguir empujando aunque sienta que no estoy avanzando.
Aprender a aprender.
Si es que ya lo sospechabas, aquí te lo confirmo: no aprendes igual de niño que de adulto. Ojo, no estoy diciendo que seas menos capaz de aprender sino que aprendemos de manera distinta.
Entonces quiero empezar por averiguar qué estrategias y técnicas puedo utilizar, de manera que adquiera ese conocimiento de la manera más eficiente posible.
Poner límites
Ya me quité el pretexto de la falta de tiempo para ponerme a estudiar. Ahora toca poner límites a todo.
Límites a la familia que puede confundir mi tiempo libre con tiempo para que vaya a ayudarles a reparar la casa, estar de niñera y lo que sea que necesiten. El trabajar a medio tiempo no implica que de repente ellos sean dueños de mi agenda.
Límites a mi parte más débil que prefiere quedarse viendo videos en lugar de hacer el esfuerzo mental de concentrarme y empezar a aprender.
Límites a mi señora interna que se pone a limpiar, cocinar y demás, dejando el estudio para luego, un luego que no llega jamás porque ya está muy cansada.
Límites a mi trabajo de medio tiempo como profesora para que no se vuelva un trabajo de tiempo completo que me quite el tiempo para estudiar.
Convencer al mercado laboral de contratar a Claudia 2.0
No soy uno de esos empleados que dejan su trabajo para montar su propia empresa, mi objetivo es pasar de empleada a empleada. Y para volver a ser empleada, hay que convencer a una empresa que rente las habilidades que ya tengo + los nuevos conocimientos adquiridos.
Para resolver este punto hay que construir marca personal, crear una red de contactos en una nueva industria, aprovechar mis enlaces débiles y hasta renovar por completo mi perfil de Linkedin para construir una historia coherente.