El año pasado, puse Tiktok como uno de mis posibles proyectos para 2022. A mediados de 2022 decidí clausurar el proyecto.
¿Cómo fue que llegué a esa conclusión? Esa es la parte que creo te puede servir para que reflexiones sobre esos proyectos que no estás segura de querer perseguir a mediano/largo plazo.
Arrancando el 2022 decidí retomar la subida de vídeos, por dos razones.
Sentía que podía crear mi nicho.
No soy la única hablando de libros en tiktok, ni la primera. Sin importar la plataforma, siempre surgen personas que comparten el amor por la lectura, hacen reseñas e intercambian impresiones. En youtube existen los booktubers, en tiktok existe booktok.
Antes de lanzarme, decidí investigar un poco y me encontré con dos tipos principales de contenido: los book hauls en el que básicamente te muestran todos los libros que se acaban de comprar y las recomendaciones de libros.
No le iba a entrar a los book hauls porque hace años que dejé de comprar libros en físico por temas ambientales. Además que ese tipo de videos se me hacen más un culto al consumismo que un intento genuino de promover la lectura. Y en cuanto a las recomendaciones, la mayoría son de libros dirigidos a los adultos jóvenes (YA) Mucho romance metido en sagas de ciencia ficción o fantasía.
Ahí es donde ví mi oportunidad, aunque disfruto de una novela de YA de vez en cuando, no es mi tipo de lectura mayoritaria. Sentí que podía traer frescura a las recomendaciones de tiktok empujando libros clásicos o reinterpretaciones de los mitos griegos, ciencia ficción que no está centrada en triángulos amorosos, algunos libros de filosofía moderna, ficción histórica y autores latinoamericanos.
Era una salida para mi creatividad.
Aparte de booktok, de repente subía vídeos con Legos. Mientras iba armando el set, hacía mis tomas y después me pasaba horas en Capcut, jugando con las transiciones, los zooms, la velocidad, hasta que al fin tenía un video de un minuto mostrando las etapas de construcción y el resultado final.
Desde la prepa siento una fascinación por el cine, conocer el nombre de las tomas, ver la composición, ajustar la iluminación y los videos de Lego me permitían experimentar dentro de esa área en una escala que es cómoda para mí.
Esas fueron las razones a favor, ahora van las razones en contra.
Me niego a estar sujeta al algoritmo de tiktok.
Todas las recomendaciones me decían lo mismo, para crecer en tiktok tienes que subir diario y mantener esa constancia para que el algoritmo te siga recomendando.
¿Pude haber creado un sistema para grabar un solo día todos los videos de la semana y luego irlos subiendo? Lo intenté, si miras los videos verás cómo salgo con la misma ropa en varios, porque son de un mismo día de grabación. Y usaba la versión web de la app para dejar los videos preprogramados en la semana.
Básicamente, cuando vi el precio, que se traduce en horas de grabación y edición, no estaba dispuesta a pagarlo. ¿Puedo obligarme? Si, pero prefiero gastar mi fuerza de voluntad en otras cosas.
Me obsesioné con el crecimiento.
Ya sé que está la opción de tomarlo como un hobby y no mirar el número de seguidores, hacer esto solo por amor al arte. Aquí me tocó ser honesta conmigo misma, hay otras cosas (dibujar, coser, escribir) que puedo seguir haciendo y que si sólo lo veo yo, me siento satisfecha.
Tiktok no es una de esas, no sé si es el diseño de la plataforma, no sé si es que con esa probadita de viralidad me engatusé, el chiste es que quería ver crecimiento exponencial y en lugar de ser algo que hacía por gusto, se convirtió en algo que hacía por ver resultados. Me obsesioné y le quité la diversión.
Como punto de comparación tengo facebook. En la página de Claudia as a service subo una vez a la semana y no he llegado ni a los quinientos seguidores y ahí publico con gusto, sin fijarme en los números.
Números no es lo mismo que comunidad.
Aquí vuelvo a hacer la comparación entre facebook y tiktok. Si un video tiene 200 vistas y un post tiene 100 y lanzo una pregunta al final en facebook me contestan y en tiktok, nada. Hay gente que ha comprado libros porque me vieron recomendarlos en facebook y luego sale en la conversación. En tiktok ni un comentario, ni un DM agradecido o enojado porque compró algún libro recomendado.
Siento que los números en tiktok le dan un boost a mi vanidad pero no hay fondo detrás. Y quedarme con algo solo para subirme el ego, no gracias. Y de nuevo, creo que tiene que ver con el diseño de la plataforma.
Todo va tán rápido en tiktok que no te detienes ni a ver el nombre de la persona. Te entretuvo o te educo en 30 segundos y ya brincaste a buscar lo siguiente. ¿Cuándo fue la última vez que visitaste el canal de youtube de un creador, su página o su instagram? O que siquiera sabes su nombre para recomendárselo a alguien más que podría necesitar ese conocimiento. ¿Cuántas veces has querido recuperar un tiktok para compartirlo y por más que lo buscas, está perdido entre la multitud? Ante la gran cantidad de contenido, es difícil ser memorable.
No es el tipo de trabajo que quiero hacer
Crear contenido, ya sean videos, animaciones, textos como el que estás leyendo, es trabajo. Si no me crees, inténtalo.
Y cómo en todo tipo de trabajo, hay cosas que se te facilitan más que otras. Hay gente (Wheezy Walter, Ratolina, Rachel Maksy) que les encanta editar video y se dan una maña para hacerlo que los videos traen un ritmo genial y eso es lo que te engancha.
En mi caso, editar audio o video es la parte más ingrata del trabajo. Editar texto no me molesta, puedo reescribir artículos enteros buscando pulirlos una y otra vez.
Y entre comunicarme de manera visual o escrita, mil veces prefiero hacerlo de manera escrita. Llevo escribiendo de manera intermitente desde los 14 años y me veo escribiendo de aquí a que me muera. Así que si le voy a meter trabajo a algo, prefiero que sea algo en lo que ya llevo ventaja.
Y si, me siento un poquito hipócrita porque promuevo el hacer cosas que nos pongan incómodos y aprender nuevas habilidades de ellos. Aquí va mi defensa.
Por un lado, la incomodidad que me sentía ponerme ante una cámara para explicar ideas la sustituí por la incomodidad de pararme ante una docena de alumnos a explicarles temas.
Y esa habilidad de sintetizar ideas para expresarlas hablando de manera clara la sigo practicando en las grabaciones semanales de un podcast que próximamente lanzaremos.
No estoy huyendo de la incomodidad y de desarrollar cosas nuevas, sólo estoy cambiando la manera en que lo hago, por otras actividades que me resultan más placenteras.
Ahora que acabe de poner las razones a favor y en contra, me di cuenta que la razón por la que estoy soltando esto es porque ya recuperé el tiempo que el invertí. Este es un buen punto para dar por terminado un proyecto.
Si quieres compartirme de un proyecto que decidiste soltar en este año, responde este correo o deja un comentario.
Si quieres ver el método original que utilicé para evaluar mis proyectos, te lo dejo aquí.