Una vez organicé un viaje a las islas Victoria para quince personas. Me encargue de que el grupo completo llegara a la isla, les reservé un hostal para que pasaran seguras la noche. Aunque parecían incapaces de estar listas a la hora acordada, aún así conseguí que visitaramos el jardín botánico y regresáramos a la terminal a tiempo para tomar el último ferry. Fue una semana completa de planeación, acarreando gente e incluso rogarle a un chofer de autobús para que todo saliera sin problemas. Todo esto gratis.
De esas quince personas, una sola, Eunice se tomó el tiempo de darme las gracias por organizarles el viaje.
De esas quince personas hay una que se convirtió en mi amiga y seguimos en contacto.
Asi que el hábito de este mes es dar gracias.
Gracias literales, que ya en el pasado intenté ser agradecida por la suerte que tengo en la vida. En esa etapa agradecía tener un techo, una red de apoyo y mucho cariño. Lo cuál es bueno y tiene su utilidad para sacarte de una espiral en la que todo lo ves negro, porque te forza a ver las cosas positivas.
Pero este mes no quiero agradecerle al universo, quiero agradecerle a las personas. Decir Gracias cuando alguien me ayuda, me hace un favor o es amable conmigo.
Empecé agradeciendo a todos los de mi familia que se aventaron cocinando para cuarenta personas en Semana Santa y también agradeciendo a los primos que anduvieron trayendo mesas y sillas de aquí para acá.
Esto porque muchas veces he organizado o solucionado cosas y al final ni las gracias me dieron. Y no puedo cambiar como reaccionan los demás pero lo que si puedo hacer es empezar a valorar todo lo que hacen por mí y visibilizarlo con una simple palabra.
Así que si ya llegaste hasta aquí, te invito a no dejar pasar la siguiente atención sin decirle a esa persona: Gracias.
Creo que me identifico con el de cambio de carril.
Resulta que cuando surgió la oportunidad de moverme de ciudad conseguí un empleo en una área que tenía bastante experiencia y me hubiera sido relativamente sencillo llevar ese trabajo sin embargo tome una posición en una industria en la que tenía muy poco conocimiento, pensé que sería una oportunidad para aprender cosas nuevas y reiniciar mi carrera profesional. Y aquí sigo.
Me encanta las analogías que haces de situaciones o anécdotas y que lo tomas como referencia para reflexionar o explicar estrategias que pueden servir para aplicar en otras áreas.
Saludos Claudia.
Gracias Claudia. Trato de leer todos tus emails y me gustan porque muchas veces me identifico con tus ideas.