Dos strikes
Un error lo tiene cualquiera, el mismo error en las entrevistas de trabajo ya empieza a marcar tendencia.
Como regalo extra de navidad me llegó la oportunidad de añadir una clase extra a las clases que tengo programadas el siguiente semestre. Quedé de ir el lunes a la entrevista y aprovechar la vuelta para reactivar mi cuenta de profesora, pasar a la biblioteca, etc. Mi mente lo vió más cómo un voy a la universidad a resolver pendientes que a una entrevista de trabajo.
Llegó el día de la entrevista, los temas iban más a profundidad de lo que esperaba, entré en pánico y se me congelaron las ideas. Mi política en las entrevistas es admitir cuando no sé algo en lugar de echar palabras de relleno y esperar que no se note. Nos ahorra tiempo en la entrevista para hablar de los temas que sí sé y me ayuda a que no me elijan para un puesto para el que no estoy preparada, especialmente si esperan que cubras la posición desde el primer día, sin una fase de entrenamiento previa. Honestamente, me fui de ahí pensando que tal vez consiga la clase, en lugar de estar segura de hacerlo.
¿Cómo sé que me fue más o menos? Me dijeron que lo que más les gustaba de mi es el entusiasmo. Traduciendo: te falta preparación pero traes actitud. Y atorada en el tráfico de regreso, reflexione cuáles de mis faltantes eran salvables y cuáles no. De los 4, hay uno que no he visto y me tomaría bastante tiempo pero los otros 3 los pude haber cubierto fácilmente si me hubiera dado el tiempo de repasar mis notas. Es decir, si hubiera preparado la entrevista en lugar de sólo llegar en frío.
La parte más preocupante es que es la segunda vez que me meto el pie yo sola. En mi última entrevista pre-pandemia, hice exactamente lo mismo. Llegar en frío y sufrir dos horas resolviendo los ejercicios del segundo filtro, pidiéndole a mi mente que recordara lo visto hace años en clase.
Ya van dos strikes por ese exceso de confianza, lo bueno es que ya está diagnosticado.
El viernes sabré si mi actitud es suficiente para conseguir el puesto (ya me prometí a mi misma que me voy a encerrar un par de días a preparar las clases para que los alumnos obtengan la calidad por la que están pagando) o si queda para la anécdota.