En el que hablamos de dinero #Entrada 22
La primera pregunta que recibí fue de dónde saco el dinero para mantenerme en este sabático. La respuesta no es nada original: de mis ahorros. Ahorros que comencé a principios del 2021 y que pacientemente, fui acumulando mes tras mes. La meta era ahorrar el 50% de cada pago, sabiendo que con eso era suficiente para aguantar los primeros 6 meses del 2022.
Claro que la duda de ¿y si no ajusto? me seguía comiendo la cabeza, entonces hice una lista con todos los indispensables: renta, luz, gasolina, internet, comida y terapia. Eso tenía que cubrirse con mis ahorros.
Y aquí te van dos tips para cuando hay que vivir dentro del presupuesto.
Deja espacio para un gusto. Si aprietas demasiado, te vas a quebrar y vas a mandar a volar toda la planeación. Si aún no sabes en qué te gustaría gastarte el dinero, deja una cantidad fija que puedes utilizar para salir a restaurantes, comprar videojuegos, irte a un temazcal o tener suscripciones a 10 servicios de streaming distintos. Si ya sabes en qué (en mi caso libros) igual asigna una cantidad y disfruta cada mes tus compras. Así no sientes que todo es sacrificio y lo puedes mantener con más facilidad.
Aprovecha lo que te gusta y ahorra dinero. En mi caso, me encanta cocinar, así que tomo como un reto estar probando recetas nuevas. Sin importar que tan barata sea la cocina económica, sueles ahorrarte más si lo cocinas en casa. Y aprovecho que me gusta cocinar para invitar a los amigos a la casa en vez de ir a un restaurante, unas hamburguesas y un juego de mesa nos han dado muy buenos recuerdos durante esta cuarentena. Tal vez a ti se te facilite hacer reparaciones en casa y te ahorras el plomero o te vas al trabajo en bicicleta para hacer ejercicio y ahorrar en gasolina.
Claro que eso no resuelve todo, aún quedan gastos grandes por absorber, la mayoría seguros. En eso me estoy gastando el sueldo que recibo como profesora, en eso y en invitar a mis papás al restaurante del que les platique el otro día.
Afortunadamente, esta no es la primera vez que vivo con un presupuesto limitado, todo 2019 me la pase de manera similar, cuidando lo que gastaba y aventando el dinero no gastado a la deuda que ya tenía encima. Fue cuestión de mentalizarme que 2022 iba a ser similar a 2019.
Tener la capacidad de vivir con menos sin sentirte miserable es una de las mejores herramientas que tienes como adulto. No digo que siempre lo consiga pero cuando lo hago se siente genial. Es en periodos como este que siento que los Minimalistas y Esencialistas tienen algo de razón.
Y si te da curiosidad saber cómo se siente, Diciembre no fue diferente, había aprovechado el Buen fin para comprar los regalos, así que no sentí el cambio. Empezó Enero y empecé a cuestionarme cada compra que hacía, si realmente era necesaria y ese es un hábito que sigue hasta ahorita.
Febrero es cuando me empezó a calar estar retire y retire de mis ahorros sin ver que hubiera entradas. Pase de no estar estresada por el trabajo a estar estresada por el dinero. Respire hondo y me recordé que ese dinero ahí estaba, todo el propósito de ahorrarlo era para poderlo gastar mientras cambiaba de ritmo y aprendía a programar. No está mal gastarse el dinero si se gasta en lo que se tiene planeado.
Marzo es cuando las cosas se balancearon nuevamente, porque cayó mi primer pago de profesora, entonces sentí la tranquilidad de saber que no solo estaba sacando dinero del fondo, sino que tenía manera de rellenarlo. También deposité al fondo lo que gané vendiendo mi curso de pronósticos, así que cuando la voz interna se pone ansiosa, le recuerdo que hay maneras de ganar dinero que no dependen de una empresa. Ya es la tercera vez que doy un curso en línea, así que siempre estará esa opción.
Quiero cerrar con una reflexión sobre esos ahorros que construí en 2021. Lo primero es que para construir esos ahorros, tenía un fondo de emergencia aparte para cubrir todas esas cosas que pasan en la vida y que no planeas. Si me tocaba reparar el carro, ese gasto lo cubría con el fondo de emergencia, sin tocar mis ahorros. Lo segundo es que es mucho más sencillo ahorrar cuando la meta está a corto plazo, si alguna vez haz “hecho cochinito” para irte a la playa en unos seis meses o para tu boda el próximo año sabes a lo que me refiero. Ahorrar para un sábatico funciona similar, solo no es una razón común para hacerlo. Dependiendo de tus gastos, un sábatico está más accesible de lo que crees.
Libros (y podcasts) serviciales
A veces hace bien voltear al pasado para descubrir que las personas tenemos las mismas dudas generación tras generación. Y en lugar de reinventar la rueda, ver que respuestas encontraron y traerlas a tu vida actual. Esa es mi justificación para recomendar un libro que es más viejo que yo: La bolsa o la vida de Vicky Robins y Joe Dominguez.
Si bien no tomaría ninguno de los consejos sobre dónde invertir mi dinero de ese libro porque fue escrito hace 30 años cuando las circunstancias económicas eran muy distintas y porque está basado en Estados Unidos, el resto del libro es aplicable y me ha servido.
Desde hacer las paces con tu pasado financiero, el aprender a gastar en función de lo que te hace feliz aunque no sea lo más convencional y por último la reflexión sobre el valor de tu tiempo y qué es lo que quieres hacer con él una vez que la parte económica está cubierta, es un libro que plantea preguntas que vale la pena responder.
Y si quieres una versión más actualizada, busca en Google sobre el movimiento FIRE y complementa con un análisis de los riesgos en este episodio de podcast.
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