En el que hablamos de pendientes. Entrada #21
Hola, ¿qué tal fueron sus vacaciones de Pascua? Para mi fue de esas veces que necesitas vacaciones de las vacaciones por todo lo que cocinamos y limpiamos durante el fin de semana largo. Acabe cansada pero gracias a la lista de pendientes del bujo no andaba apurada con que se me olvidaran las cosas.
Este es el último correo de mi serie sobre el bullet journal, al menos en un rato. En el próximo voy a empezar a responder las preguntas sobre mi sabático que los lectores como tú me mandaron, así que si aún no lo haces, puedes dejar tu pregunta aquí
Ahora si, vamos a las listas de pendientes. Listas, en plural. El hecho de que sean varias tiene que ver con la intención del bujo de ordenar tu presente y planear tu futuro. Si únicamente te limitas a vaciar tu lista de cosas por hacer e irlas tachando, es mucho de presente pero pierdes perspectiva sobre tu futuro.
Un vistazo a tu año
El primer lugar donde escribes las cosas por hacer es en la planeación anual. Si, anual. Pones tu música favorita, te tomas una media hora y copias el calendario completo en las páginas de tu bullet journal. Y después lo vas llenando con las cosas que ya sabes que van a suceder y los pendientes que tienes: cumpleaños, fechas de pago del seguro, suscripciones, viajes, inicio y término de clases, pagos de impuestos, conferencias, todo lo que se te ocurra.
Luego a tu mes
Después pasas de lo anual a lo mensual. Por ejemplo a finales de Marzo, hago mis páginas mensuales para Abril, esas son páginas mensuales que se repiten mes a mes e incluyen mi seguimiento de hábitos, la colección de libros, el diario de gratitud, mi checkpoint de salud y la lista de cosas por hacer en este mes.
Le doy una relectura a mis brain dumps para ver qué pendientes traía, consulto la lista mental que se te hace en la cabeza y consulto mi planeación anual para ver qué cosas se tienen que hacer en este mes pero se me olvidan porque sólo se hacen una vez al año (como la verificación anual del carro). También reviso la lista mensual pasada para ver cuáles pendientes voy a mover de un mes al siguiente y cuáles no voy a hacer y puedo delegar o eliminar.
Y aquí un momento de reflexión.
Si hay alguna meta que tengas para tu año, ¿cuántas de tus cosas por hacer te permiten avanzar en esa meta?, ¿realmente le estás dedicando tiempo o todo tu tiempo se está yendo en resolver los problemas que van surgiendo cada semana?, ¿qué acciones puedes agregar para conseguir que tus metas avancen? A veces son cosas tan sencillas como pedir informes, pagar por un curso o una herramienta o contactar a alguien. Tú sabes lo que tienes que hacer.
Al pasar los pendientes de un mes a otro también te da una pausa para ver ¿qué cosas llevas arrastrando sin hacer tres meses o más?, ¿por qué no las has hecho?, ¿te da miedo, incomodidad, o es algo tan irrelevante que podrías no hacerlo?, ¿estás haciendo cosas que no te corresponden y por eso no quieres hacerlas?, ¿te comprometiste a más de lo que puedes hacer y lo que te falta es tiempo o energía?
El tener que escribir y reescribir las cosas a lápiz y papel es ineficiente, no tienes la facilidad de copiar y pegar. La magia está en abrazar esa ineficiencia y utilizarla para reflexionar porque esa cosa por hacer llegó a tu lista y si realmente se merece ese lugar. Esa fricción para que algo entre a tus pendientes it’s a feature, not a bug.
Y después de esa reflexión que probablemente no veías venir, pero que de corazón espero que te tomes el tiempo para hacerla, vas a pasar a la última lista de cosas por hacer: la lista semanal.
Tu semana a semana
Hay quien rompe su lista mensual en listas diarias, hay quién la deja mensual y hay quien se maneja en semanas. Yo probé con las tres maneras y lo que mejor funciona para mi, son las listas semanales.
Para que no me intimide todo lo que tengo que hacer en el mes, agarro cuatro o cinco cosas y las pongo en mi lista de cosas de esta semana. ¿Qué brinca de la lista mensual a la lista semanal? Lo que tenga las fechas límite más próximas y si son pocas cosas, entonces agrego dos o tres más que creo que voy a tener la energía y el tiempo de hacer. Y ya, mi lista semanal no pasa de 10 cosas. Esto porque es un esfuerzo consciente de mi parte de irme tomando las cosas con calma y sin irme al máximo de mi capacidad, no quiero llegar al punto de cansancio que tuve a principios del año.
Por lo mismo tampoco hago listas diarias, una lista semanal me da el espacio que necesito para ir haciendo los pendientes a mi ritmo. Si hoy viernes me tomé la tarde para salir con mis amigas, los pendientes se hacen entre sábado y domingo, sin dramas. Si ya para el jueves terminé toda la lista de pendientes, pues disfruto mi fin de semana tranquila, sin agregarle más cosas solo porque puedo.
Y ya por último, ¿qué pasa con los pendientes que te surgen del día a día? Si son realmente importantes los pongo en la lista de esta semana. Si son relevantes pero no tengo que resolverlos esta semana los pongo en la lista mensual y la siguiente semana pasan a la lista semanal. Y si es algo más a largo plazo como un taller que voy a impartir, entonces lo paso a la planeación anual, con la tranquilidad de que cuando llegue ese mes, voy a revisar mi planeación anual, va a pasar a la mensual y de ahí termina en la semanal.
No te prometo que nunca más se te va a olvidar un pago o cita con el dentista, pero entre la planeación anual, mensual y semanal, creas una red en la que es más difícil que algo se te escape.
La pregunta
¿Cómo llevas tu lista de pendientes?
Unos posts adicionales sobre el Bujo, porque no sólo sirve para llevar la lista de cosas por hacer.