10,000 horas es lo que te toma convertirte en experto, según Malcom Gladwell. Probablemente un atleta olímpico llega a esas 10,000 horas sin problema.
Pero tú no te vas a comparar con un atleta olímpico, tú lo que quieres es que te salga la brazada que te está explicando tu profe de natación. ¿Cuánta experiencia tiene tu instructor de natación? Vamos a suponer que tiene un décimo de lo que tendría un experto, es decir, sólo 1000 horas. Esas mil horas en minutos son 60,000 minutos.
¿Cuántas brazadas alcanzas a dar en un minuto? Supongamos que cinco. De cinco brazadas por minuto x 60,000 minutos que tiene tu instructor de experiencia nos da como resultado que el movimiento que te está explicando lo ha hecho 300,000 veces.
Va de nuevo: trescientas mil repeticiones de un movimiento contra tus expectativas. Tu expectativa, si eres como yo del pasado, es que te salga a la primera, o al menos en los primeros 10 minutos de estar practicando.
Cuando terminas la primera vuelta, el instructor te corrige. Cuando terminas la segunda vuelta, hay más correcciones. Y así seguimos vuelta tras vuelta. No sale y si sale, no al nivel que tu imaginación quiere que salga. En tu mente visualizas la Mona Lisa pero tus manos te dan una versión de bolitas y palitos.
Empieza la frustración y cómo no te puedes desquitar con el instructor, pues te vienes a desquitar contigo. Eres una inútil, tienes que poner más atención, si no fueras tan débil si te saldría y muchas acusaciones más empiezan a salir de tu voz interior.
Mucho tiempo viví, fui a hacer ejercicio, entré y salí de clases con esa frustración. Hasta que decidí aplicar la gentileza de los números: si era la primera, tercera o veinteava vez que hacía algo, lo normal, lo que es racional esperar es que me salga mal. Ya lo que salga semi-decente es ganancia.
Cómo te mostré con los cálculos de arriba estoy comparando los resultados de mi quinto intento contra el tutorial en youtube de alguien que probablemente ya ha hecho ese movimiento miles de veces y que antes de subirlo puede que le haya salido a la primera o puede que sea su décima toma, no tengo manera de saberlo.
Aparte de liberarme de la frustración, el moverme de una mentalidad de no eres suficiente a una más compasiva gané la capacidad de concentrarme mejor, ¿por qué? Porque en lugar de estar con la mitad de mi atención enfocada en lo que estaba haciendo y la otra mitad escuchando mis propios regaños, ahora que ya no había regaños, podía enfocarme al 100% en lo que estaba haciendo. Y esa atención extra me ayudó a avanzar más de lo que cualquier regaño hizo nunca.
Así que la siguiente vez que te enojes porque algo no te salió, intenta recordar cuántas veces lo has intentado. ¿Vas en el intento cien o en el cien mil? ¿cuál es una expectativa razonable para ese número de intento?
Te dejo porque voy a intentar hacer mi primer pozole. Te veo la próxima semana.