6 meses después de dejarlo abandonado y sabiendo que me dirigía a un evento de creadores de contenido, pues volví a instalar la app. Si no iba a subir videos, al menos para ver lo que los demás asistentes al evento subían.
Yo esperaba que me recibiera con los brazos abiertos, con veinte mil invitaciones a volver a crear contenido. En lugar de eso, me encuentro con esta sorpresa:
Todos los videos seguían ahí pero las vistas, los comentarios, los favoritos: adiós. Al parecer, si quería regresar, sería empezar desde cero.
Me molestó un poco pero al final, a lo que le había metido tiempo era a hacer los videos y esos ahí seguían. Los seguidores, las vistas y demás habían llegado gracias al algoritmo, no era mi trabajo el que se había perdido. Si quería, podía empezar otra vez, con este borrón y cuenta nueva forzado.
Al día siguiente empezó el evento, sabía que el último tema era el de videos cortos y era el que menos me hacía ilusión. Luego pensé que estaba cayendo en la trampa que te platique sobre no confiar en el maestro y no seguir las instrucciones. Aaron, el organizador de Microfama 2023 (así se llamaba el evento de creadores) se había tomado la molestia de encontrar y validar a la maestra, a su expertise y a su modo de tratar a los estudiantes primerizos (los primeros dos puntos). Lo único que tenía que poner de mi parte era disposición para aprender y obedecer.
Regresando de comer fue el turno de Aliza Tuachi de compartirnos lo que sabía y ponernos a grabar. Yo me esperaba algo muy técnico, con recomendaciones de en qué horario subir, qué tipo de thumbnails poner, cuidar la iluminación, cuando conviene pagar publicidad, etc.
Pues nada, Aliza enfoca esto desde una perspectiva completamente distinta, en la que a la primera persona que le tiene que gustar el contenido es a ti. Si a ti te gusta, lo subes y ya. Es más importante que sigas subiendo a que quieras complacer al algoritmo. Sé constante y quién conecte te va a seguir. Probablemente ya había escuchado eso en podcasts y así pero hay algo que te lo digan en persona que me hizo click.
¿Y lo que me había j*dido tanto la última vez? ¿Qué no era capaz de dejar de ver los números y quería que crecieran y crecieran? Ahí fue cuando Aliza nos explicó que las redes sociales son narcisistas y aplican lo que se llama Love Bombing: es decir te llenan de atención un día porque sí y luego te ignoran por días y días. Tú te sacas de onda porque creías que ya habías encontrado el truco y que ya sabías cómo trabajar con esa red social, entonces crees que hiciste algo mal y te esfuerzas el doble, subes más contenido para recuperar ese alcance que ya estabas logrando. Y como quieres ver si está funcionando, entonces estás cheque y cheque las redes. Cuando estás a punto de abandonar, pues tienes un video al que le va bien y reinicia el ciclo.
Las redes sociales así están diseñadas y no vas a poder cambiarlas, así que tu opción como creador es alcanzar la mentalidad del punto anterior, subes para ti sin importar cómo le vaya y lo haces para ti. El algoritmo y las tendencias, ni te van, ni te vienen.
Después de hacernos bailar (y a mi que no me gusta pero estaba de obediente) para soltarnos, Aliza nos mandó a grabar un tiktok con las siguientes recomendaciones:
Tienes 3 segundos de atención: ¿cuál es el gancho con el que vas a convencerlos que se queden? Por ejemplo: 5 cosas que me hubiera gustado saber antes de las relaciones.
Cambia los ángulos. Que estés frente al mismo fondo todo el tiempo lo vuelve aburrido. Pausa y graba desde otra esquina de la habitacion. Pausa y sube la cámara como si te fueras a tomar una selfie. Acércala, aléjala. Como yo lo entendí, es como los cortes que haces en texto entre párrafo y párrafo. Si en tu guión pondrías una pausa, aprovecha para hacer lo mismo en el video.
Mucha energía, mucha emoción. Si puedes dejar la primera toma, aunque tenga ligeros errores, déjala, porque es la que sale más natural.
Todos esos cambios los he estado aplicando, junto con grabar directamente en la app y al menos para mi, ha funcionado. Llevo dos semanas subiendo un video diario y honestamente, siento que si puedes ver una diferencia, al menos yo me divierto más grabándolos y con los cambios de cámara, son más entretenidos de ver. Y con menos edición, solo me toma de 15 a 20 minutos por video de 3 minutos, en lugar de 30 a 45.
Y crédito donde se lo merecen, cuando me fui, la app únicamente ponía subtítulos a tus videos si grababas en inglés. 6 meses después, ya tienen una variedad de 10 o 15 lenguajes en los que te genera subtítulos automáticos, incluido el español. Los subtítulos es algo que siempre quise pero me tardaba tanto en revisarlos y corregirlo que me acababa desesperando. Ahora lo puedo hacer directo en la app sin tener que recurrir a terceros y el nivel de precisión es bastante alto, así que las correcciones consisten principalmente en poner mayúsculas y cambiar una que otra palabra. Me pregunto qué otras mejoras le van a incluir, ya que además de los filtros y los subtítulos, también tienen una función de reducción de ruido.
Otro de los cambios por los que me siento orgullosa de este regreso a los videos cortos es que ya no me limito a hablar de libros. Este año buscando conceptos que te pudieran interesar y presentándolos en forma de correo no ha pasado en vano. Una vez hecho el trabajo intelectual de pensar en una analogía, encontrar una historia u organizarlo en una lista, el pasar de texto a video es posible. Y digo es posible porque lo intenté al contrario y siempre me quedaba paralizada queriendo explicarlo. Por eso me refugie en los libros, eran la salida fácil. 1 libro = 1 historia y todos sabemos contar una historia, aunque sea para poder pasar el chisme en la oficina.
Ya para terminar, después de la sorpresa de ver mi cuenta en ceros, me esperaban otras dos.
En primera, revise la cuenta después de subir ese video de tarea que nos dejó Aliza (es el de búhos contra gallinas por si tienen curiosidad), volví a entrar a mi perfil y todo había regresado a la normalidad: los comentarios, las vistas, los corazones estaban ahí. Así que al final no fue necesario empezar de nada.
La segunda sorpresa (y mi favorita) es que a las adaptaciones de este newsletter les está yendo mejor que a las recomendaciones de libros. Y digo que es mi favorita porque si bien libros hay muchos, de lo que yo realmente quería hablar era de todas esas pequeñas curiosidades que me han enseñado por el camino. De hecho, uno de los videos recientes que ha tenido más vistas es el de Tímidos vs Introvertidos.
Ahora el reto es seguir encontrando de qué escribir y de qué contar día con día. Pero es un reto que me entusiasma.
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Este 2023 retome las visitas a mi abuela, el año pasado me dedique al trabajo y la vi poco, y si le pregunto, esta dispuesta a hablar de algunas cosas. No soy muy fan de tik tok, me parece asburdamente sobreestimulante, pero encuentro este newsletter muy cálido de leer.