En la historia original de la Bella Durmiente, el rey invita a varias hadas a celebrar el nacimiento de su princesa y cada una de ellas le da un don diferente a la niña. En la vida real, fueron nuestros papás los que nos sirven de hada madrina y después somos nosotros mismos los que construimos sobre eso.
Los regalos que nos otorgan los hados padrinos son 3: un libro, una chequera y una agenda.
La chequera
Este representa el capital económico, que es el más obvio y más fácil de cuantificar.
Es el dinero, las propiedades, la herencia, las herramientas como una laptop o un carro. Básicamente o es dinero o tiene asignado un valor económico.
La cantidad de dinero en tu cuenta de banco No te va a hacer un mejor empleado. Si determina cuánto tiempo puedes pasar buscando un empleo antes de agarrar cualquier cosa porque tienes que pagar la renta. También determina si te puedes dar el lujo de aprender una nueva habilidad durante 6 meses sin pago.
El capital económico te da opciones.
La agenda
Esta representa tu red de contactos. Son las personas a las que estas conectadas y te pueden traer oportunidades, darte información de alta calidad o ser tus socios.
Piensa en aquel puesto que conseguiste porque tus compañeros del equipo de fútbol te dijeron de la vacante.
Piensa en los amigos de tus papás que te van guiando en las políticas de oficina.
Piensa en los profesores que te escriben cartas de recomendación.
Piensa en aquel chico que conociste en una fiesta con amigos en común y con el que llevas 3 años de relación.
Todos ellos forman parte de tu capital social.
El libro
Este representa tu capital cultural. Este es uno de los más difíciles de transferir y mucho de este capital se adquiere a través de la convivencia.
Este capital se refleja en tu acento, tus credenciales, tus gustos, tus pasatiempos, tu vocabulario, postura, manera de expresarte y hasta en las cosas que crees que vale la pena comprar y lo que no.
Aquí también entran tus conocimientos y tu creatividad, a diferencia del dinero, que tan bueno seas en un empleo depende más de este capital que de tu saldo bancario.
Cuando te “falta barrio” te están diciendo amablemente que no tienes suficiente capital cultural para mezclarte. Si te interesa pertenecer a ese barrio (oficina, familia política, grupo de empresarios) vas a tener que invertir en adquirir ese capital.
Dependiendo de la situación que tenían las personas que te criaron cuando tu naciste, esa chequera, esa agenda y ese libro pueden estar más o menos llenos. Ellos cumplen cuando te dan esos regalos.
Si crees que empezaste en desventaja, te tengo una buena noticia: nada te prohibe hacerte regalos a ti mismo. Y no tienes que esperar a que sea una fecha especial. Si ya sabes que existe un capital económico, uno social y uno cultural1, puedes empezar a acumularlo. A fin de cuentas, una vida con más capital, es una vida más rica.
La división del capital fue concebida en 1986 por Pierre Bourdieu, y yo la descubrí en el libro The Unfair Advantage de Ash Ali y Hasan Kubba.