¿Cuándo fue la última vez que tuviste una conversación honesta con tu yo-fantasía?
Para que me puedas contestar esa pregunta primero tengo que empezar por explicarte quién es tu yo-fantasía. Así que aquí te va un ejemplo.
Después de ver demasiados tiktoks sobre recrear el look de las super modelos de los 90’s y de cómo las capas volvían a estar de moda, en Febrero decidí cortarme el cabello en capas.
En teoría iba a funcionar, era una manera de cambiar la cara que veía en el espejo sin sacrificar el largo, porque me lo estaba dejando crecer. También me ayudaba a que el cabello se me secara antes, porque a la mitad del invierno, que tu cabello tarde 3 o 4 horas en secar cuando lo traes escurriendo en la espalda casi me gana una pulmonía. (Si, hay secadoras pero no me gusta aplicarle calor a mi cabello para no maltratarlo)
Pues para el momento en el que estés leyendo esto, las capas van a ser cosa del pasado. ¿Por? Porque me corté el cabello considerando a mi yo-fantasía en lugar de mi yo-real.
¿Qué si me encanta cómo se me ve el cabello cuando cada capa está acomodada en su sitio? Claro que sí, ese es el peinado de mi yo-fantasía.
El problema está que para conseguir eso, le tengo que invertir unos 45 - 60 min frente al espejo y eso ha sucedido exactamente tres veces en tres meses.
No me puedo escudar detrás de un no tengo tiempo, porque objetivamente hablando, estoy en uno de los periodos con más tiempo libre. Lo que realmente pasa es que prefiero hacer muchas más cosas antes que sacar la secadora, ponerme tubos y esperar a que se enfríe.
Y eso es porque ahorita mi interacción con el mundo externo es mínima, ¿qué va a pasar cuando regrese a trabajar a una oficina? ¿Me voy a levantar una hora antes para hacer todo ese ritual? No. Lo he intentado varias veces y cada vezrespuesta es que no.
Este es un ejemplo con cabello pero estoy segura de que tú tienes al menos un par de concesiones que hiciste para tu yo-fantasía:
Ese traje que te compraste cuando pasaste de estudiante a buscar tu primer trabajo que salió del clóset para 5 entrevistas y jamás ha vuelto a ver la luz del sol.
Ese par de tacones que te encantaron pero que no te dejan caminar más de 100 metros.
En tu cartera por ahí anda la tarjeta que te da acceso al gym que te dieron cuando pagaste la membresía anual.
En la mesa junto a tu cama tienes 3 libros que si o si ibas a terminar de leer este año y que ni siquiera han sido abiertos.
Entonces ya que establecimos que tú yo-fantasía vive en un mundo fantástico en el que tienes más tiempo, dinero, energía e interés que tu mundo real, ¿qué hacemos? ¿Lo vamos callando cada que surge hasta que acabe prácticamente eliminado? Sospecho que el callarlo para siempre es un poco extremo porque ese yo-fantasía existe por una razón.
Ese yo-fantasía es una salida para nuestra parte más experimental, a la que le gusta tomar riesgos, la que siente que es momento de un cambio, que lo que estamos haciendo no está funcionando del todo.
Ese yo-fantasía es el que quiere llegar a los 70 siendo capaz de moverse por toda la ciudad sin ayuda.
Ese yo-fantasía compró una librería de libros usados con su mejor amiga.
Ese yo-fantasía quiere restaurar un carro antiguo idéntico al modelo con el que aprendió a manejar.
En mi caso. ese yo-fantasía se ve cosiendo todos los fines de semana hasta tener un closet lleno de ropa única que le quede y sea en los colores que le ponen de buenas cuando los usa. Mi yo-real ya tiene la máquina de coser, las agujas y los hilos.
El problema con los yo-fantasía es que si están muy lejanos a nuestro yo-real, acabamos llenos de cosas que no tienen uso en nuestro día a día. O peor, a veces nuestros yo-fantasía ni siquiera son nuestros yo sino que han sido suplantados por una mezcla de los yo-fantasiosos que son tan comunes en cualquier red social.
Por eso te preguntaba ¿cuándo fue la última vez que tuviste una plática con tu yo-fantasía? ¿Qué realmente lo dejaste hablar sobre sus sueños, sus miedos y sus fuentes de inspiración? ¿Qué le explicaste cuál es la situación actual en cuanto a tus recursos y tus prioridades? ¿Qué negociaste con él o con ella para intentar algo nuevo, algo que tenga como resultado sentirte más a gusto en tu propia piel?
P.D. Hablé con mi yo-fantasía y me convenció de dejar las capas otros dos meses más. A veces argumenta muy bien la mujer. Eso sí, vamos a probar otro tipo de peinados, más cercanos a las ganas de mi yo-real.
Aww qué bonito escribes.
Me gustó para experimentar mi yo fantasía algunas veces.